Me estoy haciendo mayor. Y hay tres signos inequívocos: no recuerdo mi edad (tengo que pararme a pensar y ¡echar cuentas!). Cada vez tengo más canas y, por último, me veo mejor con un toque de maquillaje que a cara lavada.
Mi piel aguantaba resacas, madrugones y biorritmos alterados sin inmutarse. Oye, ni una ojera, ni una bolsa. Pero, ahora, hay días que sí (lo confieso) me levanto con cara de acelga. Sin tono, sin alegría. Ya sabes, esa piel brillante que sólo tienes en la adolescencia y que por mucha agua que bebas, duermas y te exfolies no hay quien la logre. O quizá sí.
Hasta hace poco, a mí me bastaban un par de alegres brochazos de polvos de sol (mis favoritos Les Beiges de Chanel Tono 30 y Laguna de Nars) para que pareciese que había estado de vacaciones en el trópico. Ahora, la operación camuflaje requiere de artillería pesada.
Pero eso no significa cargar las tintas y elegir bases tipo yeso como el antiguo Pan Stick de Max Factor, ahora, las fórmulas cada vez son más ligeras y la nueva generación de BB’s, CC’s y el resto del abecedario make-up (que, en definitiva, son las clásicas hidratantes con color de toda la vida pero con nombre hipster) acuden a nuestro rescate. Además, las bases de maquillaje se reformulan con nuevos envases y formas de aplicación mucho más lúdicas, rápidas y, sobre todo, para uso y disfrute de poco manitas.

Para que luego me digáis que todo es Photoshop. A la izquierda, en el metro, recién aterrizada en Lisboa después de cuatro días frenéticos en Madrid. A la derecha, una hora más tarde, lista para salir a cenar. Parezco otra y todo gracias a la mi plancha ghd (no me lavé el pelo), la base y un brochazo aquí y otro allá. El maquillaje sí que obra milagros. #sinfiltros
Entre mi últimos descubrimientos dos must: La nueva CC cream de Chanel (a La Maison no hay quien le gane haciendo fórmulas de maquillaje ligeras, como su base Vitalumière Aqua, otra de mis favoritas). Esta fórmula lo tiene todo: cobertura, tratamiento y SPF 50. Como ya os he contado, no me gustan las cremas hidratantes con factor de protección solar, porque para mí el filtro hace que la crema sea mucho menos sensorial. Siempre aplico y por este orden: tónico de rosas (sin alcohol), un suero (ahora estoy con Hydra Beauty Micro Serum también de Chanel), Metacell Renewal B3 de Skinceuticals, un corrector antiedad (el corrector del ordenador siempre pone ansiedad ¡por algo será!) y la CC Cream de Chanel que alterno con el maquillaje Miracle Cushion de Lancôme.
Si como a mí te gustan las bases ligeras pero que hidraten y cubran (complicado) seguro que te va a gustar Miracle Cushion de Lancôme, porque es, además, super refrescante. Tiene un formato muy curioso: una esponja (como las de pegar sellos) impregnada en maquillaje por eso es fácil controlar la cantidad que aplicas. Yo utilizo el tono 03 Beige Pêche. Sólo tiene un pero: literalmente mi piel se la bebe y si la usas a diario no te durará mucho.
Para rematar el look tampoco me complico mucho: toque de máscara, colorete Orgasm de Nars (llevamos juntos muchos años y es el MEJOR) y un poco de color en los labios: rojo o naranja. Ahora, en mi bolso llevo el tono 14 Adorable Matt de Essence y mi eterno Color Boost Orange Punch de Bourjois. El único labial que me he comprado ya tres veces.
Bueno, caras guapas a ver si me organizo y seguimos el jueves que ya sabéis que voy derrapando, pero en mi cuenta de Instagram me tenéis a golpe de clic también. Gracias por estar ahí.
Me encanta tu blog, siempre tomo nota de todo lo que aconsejas. Has pensado en hablar un poco sobre el tema para futuras madres Nutrición, consejos Beauty, Deporte..
Gracias por darlo todo en tu blog