Venga hoy arranco el blog con una declaración provocadora. De esas rebeldes, como cuando le decía a mi madre: “¡Me voy a hacer un piercing y un tatuaje!”. El piercing me lo hice. No uno, sino cuatro. Hasta dejarme las orejas como un colador. El tatuaje nunca tuve valor, aunque mi madre, antes las dudas, de repente corría la cortina de la ducha para cerciorarse de que no lo había hecho. Algo que no lograba entender, porque ya serían hechos consumados. Pero conociéndola, hubiese sido capaz de borrármelo con la esponja Activel y por el lado azul que no raspa ni nada.
En fin, que lo de hoy va a traer cola, porque señoras y señores, a unos meses del verano, del gran destape, puedo confesar y confieso: que no uso anticelulítico. Ya está, ya lo he dicho. Y no se trata de no creer en ellos, la industria cosmética ha creado potentes fórmulas (ninguna acabará con el enemigo número uno de nuestros muslos) pero pueden mejorar (y mucho) el aspecto de la piel de naranja.
Es un producto al que no le encuentro el momento. Y las texturas… la que no da frío, es un gel que ni fú ni fa…. Además, puestos a elegir, prefiero una buena hidratante, bien rica y fundente. Y sí, como el 90% de las mujeres ¡TENGO CELULITIS! Pero hace tiempo que dejó de preocuparme. No sufro por ello y me pongo shorts para correr y hasta pienso hacer un carrera en bragas, en plan atleta. Ya lo veréis.
Aunque el anticelulítico me lo salto a lo torera, lo que no perdono es una buena hidratante de cuerpo y, sobre todo, en invierno, porque el frío y la falta humedad hacen estragos en la piel del cuerpo… sí todo esa península de piel que se extiende más allá de tu cuello y que requiere cuidados específicos.
Hay quien se fija en los zapatos de los otros, yo en cuanto tengo oportunidad, y mi interlocutor está despistado, echo un ojo a sus piernas. En invierno, cuando el pantalón se sube y el calcetín se desliza casi hasta el tobillo, no puedo evitar fijarme en ese trocito de piel que queda a la vista… y sé que en el 90% de los casos lo que voy a ver no me va a gustar nada: piel blanca como la tiza, más seca que la mojama. Y tengo que reprimir las ganas de remangar ese pantalón y echar a esas pobres patucas una buena crema.
Para ver si os convenzo de echaros la hidratante, hoy comparto con vosotras las texturas que más me gustan y amigas mías, las hay para todos los gustos, así que no me vale la excusa de que no os gusta el pringue.

Texturas corporales que casi apetece comerlas. De arriba a abajo, Ideal Body Bálsamo de Vichy, Ideal Body Leche Serum de Vichy, Lait Corporel Edición limitada de Biotherm y Crema regeneradora de Repavar.
Estoy completamente arrebatada con la nueva línea Ideal Body de Vichy. He probado ya la gama entera: aceite de cuerpo (22,05 € aprox.), un nuevo serum/leche (16,50 € aprox.), una textura que ya lanzó con éxito Clarins con su serum Piel Nueva Concentrado rejuvenecedor y que me encanta, y una crema corporal fundente deliciosa (Ideal Body Bálsamo, 21,10 € aprox), sin parabenos, ni siliconas, ideal para pieles sensibles. La fórmula incorpora manteca de karité y ácido hialurónico. Una bomba hidratante. También me gusta mucho la propuesta de Repavar, Crema regeneradora con rosa mosqueta un-dos-en-uno que sirve para cuerpo y cara (sólo si tienes la piel muy grasa). Ya sabes que el aceite rosa mosqueta es uno de mis sospechosos habituales y, por último, uno de los clásicos de Biotherm: Lait Corporel (19,90 €). Me encanta su aroma a cítricos y su textura ligera. Hidrata tanto que por las noches todavía notas la piel suave.
¡El jueves más! ¡Prometido!
Creo que llevo utilizando hidratante facial y corporal desde que tengo 13 años, supongo que venida de la influencia de tener tres hermanas mayores que me enseñaban todos sus truquitos. Es impensable salir de la ducha y no hidratarse la piel, parece que la absorba y grite ¡¡¡mássss!!!!!!!.
Yo los anticelulíticos, reafirmantes de senos, antiestrías… he probado de todo, y lo he intentado, pero me parece super esclavo. Realmente mejorar algo mejoran, pero quitar lo que tiene que quitar, no lo hace, así que… mejor aprender a vivir con ello.
Cris! Deberías programar una #mujeresquecorrenenbragas, yo me apuntaría, jajajajajja.