Todos sabemos, porque para eso están las sesudas investigaciones, que moverse es clave para una vida más sana… pero también (sobre todo arrancar) da una pereza infinita. No lo voy a negar, hay días que no me apetece nada correr o coger una mancuerna. Y, sin embargo, lo hago. ¡Quién me ha visto y quién me ve!nunca pude nadar, jugar al baloncesto o al tenis tan bien como lo hacía mi hermana mayor. «Es que a Mayu se le dan bien los deportes», la frase lapidaria de mi hermano Luis. Y no había un punto seguido o un «pero a ti…». Yo era el punto y aparte. Deporte y Cris no funcionaban bien en la misma frase. No formábamos parte de la misma ecuación. Y, sin embargo, ahora, soy yo la que corre maratones, la que se levante a la siete de la mañana para una clase de ciclo y quien ha descubierto que hasta le gusta hacer pesas. Y, ¿cómo lo he logrado? Sólo hay una receta: marcarse un reto.
Todas tenemos agendas abarrotadas de tareas, listas de pendientes que se prolongan hasta el infinito y repetimos como un Ave María eso de: «me encantaría pero de dónde saco el tiempo». Quizá no lo tengas (o te es difícil encontrarlo) para embarcarte en un súper desafío, pero sí para empezar poco a poco, intentando incluir en tu agenda diaria cinco minutos de estiramientos, una plancha horizontal, un par de burpees… Por eso, en Women’s Health todas nos hemos unido al reto #soychicaWH, cada una de nosotras con una filosofía. Isa de On my training Shoes quiere que corras más y mejor, Paula de Inspirafit que trabajes todo tu cuerpo con la mejor rutina, Ani y Sara desde Fit Happy Meals que te lances a cocinar y Blanca de Diario de una yogui 2.0 que saques a la yogui que hay en ti.
Un reto, una pequeña conquista diaria, un gesto fit sencillo que te ayude a acumular experiencia y que te motive para que otro reto más ambicioso crezca en tu interior, porque te aseguro que querrás más.
Os lo he contado muchas veces: empecé a correr para perder peso y aunque sería más políticamente correcto dar una razón más profunda, eso fue lo que me motivó. Creo que toda excusa es buena si el objetivo es moverse.
Lo que nunca pude adivinar era que me embarca en un viaje personal increíble: de la nada al maratón. Pero sin prisa, quemando etapas, dejando que el reto y las ganas creciesen en mí: cinco, diez, 21, 42…
He llegado hasta la meta, porque esta aventura no la he protagonizado sola. No sé si alguna universidad lo habrá investigado, pero desde mi experiencia personal, y después de dos años del fenómeno Mujeres que corren, sé que para nosotras para estar motivadas es importante hacer cosas juntas y eso no significa que, literalmente, entrenemos juntas todos los días.
De hecho, puedo contar con los dedos de las manos las veces que Clara Yonocorrovuelo y yo hemos entrenado juntas y, sin embargo, somos compañeras de fatigas. Always #twogether, es uno de nuestros hashtags favoritos. Nuestros retos son cosa de dos, porque es el chute de energía que necesito para vencer la pereza y dejar a un lado las dudas. Ella y yo formamos una hermandad del sudor. Ahora, preparamos «juntas», ella en Madrid y yo en Lisboa, un reto triple: media maratón de Lisboa (marzo), Maratón de Paris (abril), Wings For Life en (mayo) y la tecnología nos ayuda a seguirnos la pista, compartimos entrenamientos, trucos e info de los más variada a través de varias apps, wasap y FaceTime.
O quiero dejar aquí algunas fotos de mi periplo runner: cinco años de aventura a golpe de zapatilla porque la transformación física es evidente, pero aunque no se vea, mi mayor cambio es personal. Pero eso, os lo iré contando, porque desde que corro ya no soy el punto y aparte. Soy los puntos suspensivos…

Mi primera carrera en octubre de 2009 con mi compi de InStyle Lidia A. Costa. Cuando llegué a casa vomité del esfuerzo. Diez kilómetros agónicos pero no tiré la toalla.

¡Nosotras también nos poníamos rojas como tomates! Pero tan encantadas en la primera carrera del Corazón. Ya van por la quinta edición.

En los diez kilómetros de la Maratón de Madrid. Con nuestra camiseta de las Gacelas.

En mi primer medio maratón en Getafe. Clara se había roto un dedo del pie y no pudo correr pero allí estuvo animándome.

¡Esos huesitos! La primera vez que corrí con ellos fue en Getafe. ¡Causaron sensación! Fijaos qué cambio: del negro a unas mallas con unos huesos fluorescentes. Correr te da la seguridad que muchas veces no te devuelve tu reflejo en el espejo.

Mi primer dorsal de Uno Entre Cien Mil en la carrera de Paracuellos de Jarama (diciembre 2012). Aquí empezaba la aventura.

Y encima en Paracuellos hicimos nuestro primer podium #twogether. Pedazo fabada que nos comimos para celebrarlo.

La segunda quedada de Mujeres que Corren en el Parque de El Retiro en Madrid (marzo 2013). Qué dos años más increíbles.

Y quién lo hubiese pensando en el «frontrow» de un medio maratón en el mismo Londres.

Y aunque cuando corrí el medio Maratón de San Francisco dije que jamás correría una maratón….

el año pasado hice en Londres mis primeros 42 kms y, ahora, preparo con ganas y toneladas de ilusión el segundo. ¡Allá voy!
Hola Cris! !! ! Gracias por este bloc y por ese magnífico libro q me han devuelto las ganas de correr! !! Aunque es verdad q ando desmotivada pues me cuesta mucho llevar la respiración y bajar el tiempo en la carrera. ..por lo q me gustaría q hicieras un post sobre esto! !!un besoteee! !