Han pasado dos semanas desde la maratón de Boston y, por fin, hoy puedo subiros esta entrada resumen. Después de la carrera, estuve en Nueva York y os conté mis primeras impresiones en este post del periódico Marca y, este próximo sábado, Mujer Hoy publicará un reportaje sobre la prueba y Kathrine Switzer así que en breve, también, podréis leerme en papel. Tengo otra entrada preparada pero, por el momento, os dejo este pequeño aperitivo en forma de vídeo resumen y algunas fotos, que encapsulan los grandes momentos vividos en la 121 edición de la maratón de Boston, un viaje personal que fue más allá de correr 42 kilómetros. Con esta maratón arrancamos la I Beca Mujeres que corren con Unoentrecienmil, con la que financiaremos el mayor y mejor estudio hecho hasta la fecha en España sobre cáncer infantil y actividad física. Podéis colaborar haciendo un donativo aquí. Muy agradecida a todos los que formasteis parte de la carrera virtual, donde recaudamos 10.000 €, pero nos faltan otros 52.000 € para poder sacar el proyecto adelante. En breve, mucho más. Cuento con vosotros.
Presentar mis libros en Harvard es una de esas cosas que nunca imaginé que podrían pasarme. Hasta que pasó. ¡Qué gran experiencia! Gracias a Valentina por hacerlo posible.
Encuentro previo con Kathrine Switzer. Cincuenta años más tarde, volvió a hacer historia corriendo con su dorsal 261, el mismo que quisieron arrebatarle cuando intentaron echarla de la carrera por ser mujer.
Para no perder detalle, me acredité como prensa. Organización de matrícula de honor.
El sábado y el domingo antes de la maratón, que se corría en lunes coincidiendo con Patriots’ Day (día festivo en Boston), Laura y yo salimos a rodar un poco para soltar las piernas y la mente antes del gran día.
Recogiendo el dorsal. Increíble el trabajo de los 9.4000 voluntarios. De corazón, gracias.
Un dorsal tras el que hay mucha ilusión.
Para la maratón, nos customizamos varias camisetas y sudaderas (gracias mi querido Fer Brevers por el diseño). Muchas me estáis preguntando dónde se pueden conseguir. Estoy tramando. Y hasta aquí puedo leer… por el momento. Corto y cambio.
Lunes, 6,30am. Empieza el ritual. Tras desayunar, colocando el dorsal con todos sus imperdibles.
El otro gran momento: peinarme. Coleta tensa y bien de laca Elnett (siempre) para que me aguante el flequillo durante 42Km. Siempre llevo una goma repuesto en la muñeca por si surge algún imprevisto.
Camino al arco de salida con nuestros clásicos ponchos de Tiger, en una nueva versión con estampado primaveral. A la salida, solo podías llevar una bolsa de plástico transparente, que te proporcionaba la organización para guardar el clásico kit runner precarrera: plátanos, barritas, geles, pañuelos de papel…
Cogiendo los autobuses escolares que nos llevarían hasta Hopkinton, desde donde salía la prueba.
Edna Kiplagat, la primera mujer en llegar a meta (2:21:52).
Celebrando como se merece semejante esfuerzo.
Cruzando (por fin) el arco de meta. Cuando entré en Boylston Street, después de todo lo que había sufrido, solo me repetía a mí misma: «Fíjate en todos, sonríe, disfruta. Estas aquí y estás viva».
No me quedaban ni fuerzas para levantar los brazos, pero quise dedicarles de nuevo a ellas, a las tres estrellas más brillantes, esta cuarta maratón en Boston.
Perdí a Laura en la confusión de una de las cuestas del kilómetro 30. No sabía qué hacer: parar, volver a atrás, ir más despacio… decidí seguir sola los siguientes 12 kilómetros e intenté no entrar en bucle, porque no podía derrochar más energía.
Abrazos en meta que resumen lo mucho que nos ha costado llegar.
Cuando te duele hasta el alma. Al final, llegué en 3 horas y 39 minutos. Sufrí como en mi vida, porque no me esperaba una maratón tan dura. Nos habían dicho que había que tener cuidado en la primera media, sobre todo, en los diez primeros kilómetros porque eran muy rápidos. ¿Perdona? Aunque hubiese querido ir rápido no lo habría conseguido, porque desde el principio aquello era un tobogán y me pesaban las piernas. «Pero, ¿dónde están las rectas?», recuerdo preguntarle a Laura. Normalemnte, en la primera media, solemos charlar (un poco). En Boston, creo que nos cruzamos la palabra solo dos veces. Una, para pasarnos unas sales y otra, para preguntarle a Laura si le parecía su maratón más dura hasta la fecha. Respondió con un solo monosílabo: sí.
Entre el lío que me hice con los kilómetros y las millas, y la sed que tenía, no me enteré de dónde estaba la famosa subida de Heartbreak Hill, imagino que sería una de las múltiples cuestas que nos tocó encarar. ¿En qué piensas cuando crees que no puede más? En mi caso, vacié mi mente y, literalmente, me centré en pensar en los avituallamientos y en cómo conseguir más agua. Y aquí otro mis errores: no sabía que el agua era en vasos y no en botellas, como yo esperaba. Se me da fatal beber en vaso, porque siempre me empapizo. Después de Boston, os aseguro que domino la técnica con todo el agua que bebí, pero con el calor que hacía (y el esfuerzo) no era suficiente. Así que me dediqué, primero, a pedir a agua al público para, luego, directamente coger cualquier botella que se me pusiese por delante. Gracias a todas mis víctimas. Espero que sepan perdonar a una corredora sedienta.
Medalla al cuello y, en ese momento, todo compensa. Creo que otro de mis fallos en esta maratón fue no trabajar mi capacidad de sufrimiento durante los entrenamientos. Sí, eso también, se muscula. Hubo sesiones en las que, como no era capaz de sacar los ritmos o me notaba pesada, en lugar de empujarme un poco más, tiraba la toalla y me paraba. Y, en Boston, comprobé que en carrera lo pagas. De no haber entrenado cuestas, hablamos en otro momento.
Aquí solo podía pensar en lo mucho que me dolían las piernas. Se nota.
Y, aquí, en que necesitaba sentarme.
Esto es lo que pasó al cruzar al meta.
El descanso de la guerrera.
Ya mucho más recuperada y tras haberme cambiado, hasta de ropa interior, celebrando con mi marido y mi madre. ¡Gracias, equipo! Con la bandera de Asturias al revés (para variar).
¿Próximos retos? Dudo mucho que corra una maratón en 2018. Después de cuatro años seguidos preparando maratón, necesito quitarme obligaciones y disfrutar de correr sin la presión de tener un reto de 42Km (espero no comerme mis palabras en unos meses). Ahora, me apetece preparar alguna media maratón bonita y alguna prueba de diez kilómetros. El entrenamiento, también, es exigente pero roba menos tiempo.
Mi clásica foto post maratón. Y ya son cuatro y dos libros mediantes. Qué será antes, ¿el tercer libro o la quinta maratón? Hagan apuestas.
Hola, Cristina.
Me ha gustado la crónica de la marathon, muy bonita.
Zorionak. Felicidades.
Una pregunta, tengo intención de hacer la Marathon de Boston, el año que viene o el siguiente, al apuntarte por libre y no ir con una agencia de viajes que te preparan todo, la marathon, al salir de un pueblo y llegar a otro diferente, como se hace el traslado de Boston a la salida?
La propia organización te da opción a ese traslado?
Este año he hecho la Marathon de Nueva York y la salida al estar en una isla, al hacer la inscripción, te daban diferentes opciones de traslado a la salida.
Muchas gracias
Animo para la 5ª Marathon, que igual para estas alturas, ya la has completado.
Un abrazo
Saludos
Andoni
Criiiiis como molan tus resúmenes, lo revivimos contigo, y nos emocionamos….felicidades, felicidades por todo!!! ahora que un tirón de orejas (cariñoso) por decir que te falta entrenamiento de cuestas…si vives en la ciudad de las mil cuestas! un beso y el domingo nos vemos en la wings for lifeeee
Espectacula post para empezar el dia!!! Con 25 años te admiro no sabes como!!!!! Ojala derrochasemos todos tu energy! Por cierto la ultima chaqueta blanca de nike es 😍 !! Podrias decirnos juntos a las que llevabais como conseguirla!!! Gracias por ser un referente en el mundo del running y el buen rollo!
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Hola, Cristina.
Me ha gustado la crónica de la marathon, muy bonita.
Zorionak. Felicidades.
Una pregunta, tengo intención de hacer la Marathon de Boston, el año que viene o el siguiente, al apuntarte por libre y no ir con una agencia de viajes que te preparan todo, la marathon, al salir de un pueblo y llegar a otro diferente, como se hace el traslado de Boston a la salida?
La propia organización te da opción a ese traslado?
Este año he hecho la Marathon de Nueva York y la salida al estar en una isla, al hacer la inscripción, te daban diferentes opciones de traslado a la salida.
Muchas gracias
Animo para la 5ª Marathon, que igual para estas alturas, ya la has completado.
Un abrazo
Saludos
Andoni