En los últimos 18 años he tenido la fortuna de poder trabajar en el universo de la comunicación de la belleza y la moda. Primero, en agencias de relaciones públicas y, más tarde, dando el salto a las revistas. Desde la redacción de InStyle, para más tarde unirme al equipo de ELLE, y de ahí a la dirección de Women’s Health, he crecido y aprendido de esta profesión que me apasiona, a través de las historias en papel, pero también he tenido la oportunidad de ver y vivir en primera persona el desarrollo del fenómeno online. Primero, con la irrupción de las webs, que transformaron las redacciones y la forma en la que cubríamos la información, y más tarde con los blogs y las redes sociales, de Facebook a Twitter pasando por Instagram, etc. Pero independientemente del formato y el cómo hacer llegar la información a nuestros lectores, lo que he aprendido en estos años ha sido que si detrás de una revista, una web, un blog o un perfil en redes sociales no hay buenas historias, con el tiempo, se desinflan como un globo. Y, por eso, el cómo (audio, vídeo, texto…) no es tan importante como qué estamos contando y la intención de lo que queremos transmitir. Para mí esa es la clave del éxito: saber contar historias. *Si vas con prisa, vete más abajo para leer mi política de publicidad responsable en tres puntos.
Internet ha supuesto una revolución en cómo hacemos llegar el mensaje. Su fácil consumo, la accesibilidad a través de los dispositivos móviles y su inmediatez han provocado que el medio se haya desarrollado más rápido, a veces, que sus propios formatos, tanto desde el punto de vista del contenido como de la publicidad, y el miedo a no quedarnos atrás nos ha hecho equivocarnos y dar pasos en falso.
Como periodista de belleza recibo muchas de las novedades de cosmética, fitness y nutrición. Las marcas nos consideran un vehículo importante en sus estrategias de comunicación para poder dar a conocer sus productos a su público objetivo. Así que mucho de lo que saco en mi blog, en mis redes sociales, etc me ha llegado a través de los departamentos de comunicación de las marcas. Ese es mi material de trabajo. Pero recibir esos productos no me obliga, en ningún caso, a tener que hacer un post en mi blog o en mis redes sociales. Y si alguien confunde la naturaleza de esta relación, en alguna ocasión he preferido devolver las muestras de producto para evitar confusiones. Sí, tengo suerte de poder dedicarme a algo que me apasiona y, tras muchos años de experiencia, me he convertido en una voz autorizada en el sector y por eso, las marcas me hacen llegar sus novedades, porque quieren saber mi opinión, confían en mi criterio y quieren que lo cuente. Por supuesto, que también compro cosmética (sobre todo cuando viajo), pero si solo sacase en mi blog lo que me compro se quedaría fuera una gran parte de los últimos lanzamientos, porque primero no hay economía que lo soporte, y segundo, porque terminaría invirtiendo solo en aquellas cosas que me gustan y sé que me van a funcionar. Aclarada esta parte, creo que el gran problema está en que, con el desarrollo de internet y las redes sociales, han surgido nuevas técnicas publicitarias (como el native advertising o el branded content, por ejemplo) que pueden llegar a confundir al presentar como contenido editorial una información cuya naturaleza real es promocional sin que el lector sea consciente. En las revistas, por ejemplo, existe desde hace años el contenido patrocinado, pero siempre diferenciado bajo la etiqueta de publirreportaje o promoción, algo que de momento no es práctica generalizada en internet. No voy a entrar aquí a debatir lo que hace el resto, mi objetivo no es otro que aclarar cuál es mi postura y qué voy a hacer yo desde este blog y, por extensión, en mis redes sociales. Me considero ante todo una comunicadora y para mí no hay nada más importante que mi credibilidad y la confianza que vosotros, lectores, habéis depositado en mí. A través de mis redes sociales y de este blog he tenido la oportunidad de crear una pequeña comunidad en torno a un mensaje: el de la belleza y la vida sana para sentirnos mejor. Por eso, creo que es necesario aclarar mi postura, hablar con honestidad del tema y promover desde este espacio una publicidad responsable. Este post me está quedando largo, así que si alguien necesita ir al baño o ponerse un café es el momento de hacerlo. Aquí os sigo esperando.
En España todos los medios, incluidos los blogs y las redes sociales, se regulan por la Ley General de la Publicidad y la Ley de la Competencia Desleal. Así que la ley sí existe, no hay un vacío legal, pero el problema es que, de momento, no hay ningún organismo que vigile el cumplimiento de esta normativa. A diferencia de lo que sí ocurre, por ejemplo, en Estados Unidos, donde la Federal Trade Commission, sí sanciona y multa tanto a marcas como a bloggers cuando se saltan la ley, en España se deja todo en manos de unas buenas prácticas, un sistema de autorregulación y, por último, el criterio y la ética del blogger.
Por eso, yo defiendo desde este blog una publicidad responsable. Mantener un blog y unas redes sociales al día es un trabajo a jornada completa y exige una inversión económica (registro de dominios, diseño de web y mantenimiento, fotos, edición de vídeo, ilustraciones…). Para mí el contenido patrocinado no es el problema, pero sí lo es esconder a nuestro lector su naturaleza. Por eso, tanto en mi blog como en mis redes sociales, todo el contenido que haya sido patrocinado irá marcado y destacado como tal para evitar malentendidos y si alguien tiene dudas al respecto, siempre puede enviarme un mail a cristina@thebeautymail.es.
Por supuesto que solo trabajaré con aquellas marcas en las que creo y son afines a mí y a mi mensaje, pero ese contenido siempre irá diferenciado de forma clara para no inducir a error, porque el lector tiene derecho a saber con claridad si lo que le estoy mostrando es un contenido de naturaleza publicitaria. Creo que mi mayor valor es mi credibilidad y eso sí que no está a la venta ni “por un puñado de dólares”, a lo Clint Eastwood. Pero eso no significa que tenga que renunciar a colaborar con algunas marcas, que pueden ayudarme a generar historias con las que ahora solo puedo soñar, porque no cuento con los recursos de un gran medio. Pero SIEMPRE dejaré claro si detrás hay una relación comercial. Y lo cierto es que me estoy adelantando a los acontecimientos, porque hasta esta nueva etapa de The Beauty Mail nunca he cobrado por ningún post ni en mi blog, ni en mis redes sociales.
Esta política de publicidad responsable es aún una versión Beta así que irá transformándose a medida que se vaya desarrollando el propio universo online. Seguro que en breve habrá que hacer una nueva versión 8.9 y actualizar este post acorde con los nuevos tiempos y el devenir de internet. Mientras tanto solo quiero, queridos lectores, que sigáis confiando en mí y en The Beauty Mail, como hasta la fecha, porque para mí vosotros sois el centro de esta historia. ¡Seguimos! Gracias por estar ahí. Cris
*Para los que van con prisa, aquí mi política de publicidad responsable en tres puntos:
- Sí, acepto envíos. Pero eso no me obliga a hablar de los productos que me han hecho llegar. Si tienes interés en enviarme tus novedades para que las pruebe, puedes escribirme a cristina@thebeautymail.es
- El contenido patrocinado siempre irá marcado como tal para evitar confusiones, tanto en este blog como en mis redes sociales. Por supuesto, solo trabajaré con aquellas marcas que son afines a mi filosofía y a la de este blog.
- Si quieres trabajar conmigo, puedes escribirme a crismitre@me.com.