Hoy voy con retardo lo sé, pero las últimas semanas llego a todo derrapando. Así que mil perdones por saltarme el café de la mañana. Pero aquí estoy lista para charlar con vosotras un rato.
Sí, el título de hoy es políticamente incorrecto, pero quien firma este blog a veces es un poco rebelde. He pensado que ya que os cuento lo que uso a diario, también me gustaría dar protagonismo a aquellos tratamientos que nunca logran hacerse hueco en mi baño. Hay cuatro productos de belleza que no utilizo casi nunca: anticelulítico, base de maquillaje, crema de noche y contorno de ojos. Esto no quiere decir que no tenga fe en ellos, pero por una razón u otra no encuentro el momento. Un clásico, ¿verdad?

Ya se puede caer el mundo que no me visto si no me he aplicado crema de cuerpo. Al revés que el resto del mundo, soy incapaz de meterme en los vaqueros si no llevo las piernas bien hidratas. Soy más de crema untuosa que de body milk e incluso no tengo problemas en usar aceite de argán o de almendras aunque me vaya a poner unas medias. Lo primero que hago nada más salir de la ducha es extender la crema de cuerpo para que así, entre una cosa y otra, se vaya absorbiendo. Al gustarme este tipo de texturas más ricas no me convencen las anticelulíticas (y sí, tengo celulitis, más concentrada en la cartuchera derecha que en la izquierda) porque sus texturas normalmente son tipo gel o con efecto frío (estas últimas las aborrezco). Aunque este tipo de fórmulas JAMÁS van a borrar la celulitis de tus muslos sí creo que ayudan a mejorar el aspecto de la piel de naranja (gracias a activos como la cafeína, el retinol, etc) y que el masaje ayuda a mejorar la oxigenación de la zona. Cuando he usado anticelulítico siempre ha sido el de abedul de Weleda. Me gusta porque tiene una combinación excelente de aceites esenciales (jojoba, germen de trigo, romero, entre otros). Recuerda que los aceites aplicados sobre la piel, evitan que los lípidos naturales se pierdan, manteniendo a la vez su estructura e hidratación y ayudando a que otros principios activos ejerzan durante más tiempo su efecto nutriente, reparador y regenerante.
Lo cierto es que no necesito mucha cobertura y antes que una una base de maquillaje prefiero usar una BB Cream (Nude Magique de L’oréal Paris me parece que tiene una relación calidad/precio estupenda) o directamente pasarme a los polvos compactos (mis favoritos son los Laguna de Nars y también los de Kevin Aucoin). De todas formas, si eres de mi banda, y no te gusta la sensación de llevar base, prueba Vitalumiére Aqua de Chanel un compacto súper ligero e hidratante. Recuerda que la base de maquillaje no se aplica por todo el estotro, el fondo sirve para disimular imperfecciones, sobre todo, la falta de tono uniforme, así que extiendela sólo por esas zonas con discromías. Si eres fan de las bases líquidas te recomiendo que uses una brocha especial de maquillaje en lugar de una esponja, además de más higiénica, ahorrarás mucho producto y permite, además, difuminar mejor el color y una mayor precisión.
La teoría dice que los contornos de ojos incluyen una concentración más alta de principios activos de ahí que su precio sea más elevado…lo que no podemos poner en duda es que la piel del contorno de los ojos es extremadamente delicada, porque tiene muchas menos fibras de colágeno y elástina que el resto del rostro y, además, es tremendamente fina por eso el agua de su interior se evapora rápidamente y se deshidrata fácilmente. Pese a saberme la teoría, es un producto que tampoco lo tengo incorporado a mi rutina porque, directamente, me echo la crema de rostro. Y aquí seguro que hay quien pone el grito en el cielo por mi osadía, pero no tengo esta zona más seca o más arrugada. Simplemente porque me desmaquillo siempre con cuidado (sin frotar), hidrato con crema y, lo más importante, me protejo del sol con SPF y casi siempre llevo gafas de sol. Eso no quita para que de vez en cuando lo intente usar (no tiro la toalla y persevero…) y el último que he probado es este de L’Occitane. Os lo conté aquí.
Y mi último sacrilegio beauty es no usar crema de noche, porque mi madre siempre me ha dicho que a la cama hay que ir #limpinayfresquina y eso supone que «no hay que cargar la piel con más cosas. Hay que dejar que respire», como ella repite en plan Padrenuestro. Y mi madre (lleva más de 45 años dedicada a la estética) no es la única en creerlo porque Eve Lom (la famosas creadora de la limpiadora) también comparte esta opinión. Siempre me limpio la piel por la noche y ya sabéís que me gustan los limpiadores en foam (espuma al gua). Para que no se reseque la piel busco fórmulas sin jabón (en la etiqueta aparece como sulfatos, por ejemplo, Sodium Lauryl o Laureth Sulfate son dos de ellos). En invierno, a veces noto la piel más seca porque hay menos humedad en el ambiente por culpa de la calefacción, así que si está «tirante» dos gotas de rosa de mosqueta y listo, pero nunca justo antes de meterme en la cama para no manchar la almohada.
Pues precisamente esos cuatro productos q tú no usas no faltan en mi rutina de belleza. Uno q yo no he conseguido incorporar es la exfoliación. Lo intento pero al final el bote está en la ducha meses…